un largo camino hacia la libertad

Un largo camino hacia la libertad. La increible huida de la Francia ocupada durante la 2ª Guerra Mundial

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Un largo camino hacia la libertad

La increible huida de la Francia ocupada durante la Segunda Guerra Mundial

Índice

(clicable)

Introducción

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Chalky, segundo por la izquierda, con otros miembros del escuadrón 485 y Sir William Jordan

Este artículo relata la huida del sargento L.S.M. Chalky White de la Francia ocupada, desde el momento en que su avión es derribado sobre Normandía, aquel 22 de agosto de 1943, hasta que llega a Gibraltar, después de atravesar Francia de norte a sur, y cruzar los Pirineos. Chalky recorrió en 1943 un largo camino hacia la libertad.

Ni los alemanes ni la Guardia Civil consiguen apresarlo.

Mi relato se basa en el libro Pilot on the run, que el periodista neozelandés Errol Brathwaite escribió sobre esta épica aventura.

Hemos diseñado un trekking que sigue el camino que Chalky realizó al cruzar los Pirineos. Podéis reservalo aquí.

Este artículo es muy largo. Aconsejo leerlo en varios días. Al final del mismo figuran las reseñas correspondientes a los números entre corchetes de color azul.

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Un largo camino hacia la libertad. Chalky lo siguió cuando huyó de la Francia ocupada durante la segunda guerra mundial, desde Normandía hasta Gibraltar. Con permiso de Penguin Random House New Zealand

Chalky antes de la guerra

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Chalky en la cabina de su Spitfire 5b. Con permiso de la RNZAF

El nombre real de Chalky es Leslie Samuel McQueen White. Chalky es un apodo. No obstante, voy a utilizar el apodo a partir de ahora porque Chalky quería que le llamaran por ese nombre. Abandono por tanto la cursiva.

Chalky nace en Nueva Zelanda el 24 de mayo de 1917. Por tanto, tiene 26 años cuando su avión es derribado.

Desciende en parte de judios. Antes de la segunda guerra mundial esquilaba ovejas en su país. Cuando estalla la contienda, en septiembre de 1939, hacía lo mismo pero en Australia. Inmediatamente decide alistarse voluntario en la RAF (Royal Air Force, aviación de guerra británica).

Recibe instrucción en Canada y es enviado a Inglaterra, donde entra a formar parte del escuadron de Spitfires 485, formado exclusivamente por pilotos neozelandeses de la RNZAF (Royal New Zealand Air Force)

22 agosto 1943. Un domigo fatídico

Chalky y sus compañeros despegan a las 18:10 de la base aérea de la RAF Biggin Hill, en Kent, Inglaterra. Nombre de la operación: “Ramrod 212”.

La formación consta de, al menos, 43 cazas Spitfire, pertenecientes a 4 escuadrones diferentes. [1] Su misión consiste es escoltar 36 bombarderos norteamericanos Martin B-26 Marauder, que tienen como objetivo destruir los aviones alemanes situados en el aeródromo de Beaumont-le-Roger, en Francia.

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Normandía. Zona del ataque del 22 agosto 1943. Con permiso de aircrewremembered

Después de cruzar el canal de la Mancha, cuando sobrevuelan a 20.000 pies le Havre, en Normandía, son sorprendidos por 40-50 cazas alemanes Focke-Wulf FW 190. Poco después aparecen 15-20 FW 190 más.

Un proyectil impacta en el avión de Chalky. El circuito de refrigeración y la radio dejan de funcionar.

La temperatura del motor sube rápidamente por lo que desiste en su intento de volver a la base. Decide hacer un aterrizaje de emergencia en un campo junto a Bolbec, muy cerca de le Havre.

En la operación, la RAF pierde 6 Spitfire y la Luftwaffe 2 FW 190. Importantes pérdidas, pero los cazas cumplen con su objetivo: todos los bombarderos americanos consiguen volver a su base. [2]

¿Quiénes son y qué les sucede a los otros pilotos derribados? De ello hablo en [3]

La captura

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Chalky durante la guerra

Chalky sale sano y salvo de su aterrizaje de emergencia. Abandona junto al avión su paracaídas, chaqueta de supervivencia y revolver. Media hora después es capturado por los alemanes en Bolbec.

Es trasladado a una granja donde lo interrogan. Cuando se queda a solas con su guardián le ofrece tabaco. En ese momento, consigue golpearlo y huir. Todavía no es de noche.

Su primer objetivo es salir de la granja, pero no encuentra la manera. Decide esconderse en un barril lleno de un líquido repugnante.

Allí permanece al menos dos horas. Los alemanes lo buscan desesperadamente, pasan corriendo junto al barril, pero nadie repara en él, porque forma parte del decorado.

Entrada la noche, consigue salir de la granja.

Comienza un largo camino hacia la libertad. Primer día como fugitivo

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La liberación de Bolbec se conmemora el 1 de septiembre

Chalky se da cuenta de que no tiene mapa, aunque sí una brújula. Decide que el primer paso es llegar a París, para luego continuar hasta la zona “libre”, la Francia de Vichy, que ya no es libre porque había sido ocupada por los alemanes en noviembre de 1942. Desde allí, cruzará los Pirineos para alcanzar España.

Esa noche camina 8 horas,  y a las 4 de la mañana se queda a dormir sobre un montón de trigo sin trillar.

A las 7 se despierta hambriento. Calza unos botines para pilotos, muy cómodos cuando estás en la cabina del avión, pero terribles para caminar porque la suela es extremadamente blanda. Durante semanas no conseguirá encontrar otro tipo de calzado. Las uñas de los pies lo torturarán hasta lo indecible.

Normandía es el inicio de su largo camino hacia la libertad.

Las granjas de Normandía

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Una granja en Normandía

A las 4 de la tarde pide comida en una granja. El matrimonio que la habita le ofrece leche, y le da 6 huevos y pan, pero le pide que se vaya rápidamente. El miedo a las represalias alemanas es latente entre los granjeros franceses.

Antes de irse, la mujer arranca de la guerrera de Chalky todas las insignias. Chalky se da cuenta de que no hablar francés va a ser todo un hándicap.

Antes del anochecer, Chalky pide comida en otra granja. Allí le invitan a cenar con sidra normanda. Aquella noche duerme al raso en un bosque cercano a las granjas que ha visitado.

Segundo día en Francia

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Chalky, primero por la derecha. Con permiso de la RNZAF

Por la mañana, Chalky visita una tercera granja, donde también le dan comida, pero muy pronto le piden que se vaya. No obstante, le invitan a volver por la noche para cenar. Le aconsejan que durante el día permanezca escondido en un bosque cercano.

Llegada la noche, Chalky vuelve a la granja bajo una lluvia torrencial. Cena copiosamente y después regresa al bosque. Pasa la noche con la ropa mojada dentro de un coche abandonado.

Tercer día en Francia

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Granja actual en Normandía

Amanece. El hambre lo paraliza. Necesita encontrar comida.

Visita una nueva granja. Para entenderse, Chalky siempre dice “RAF”, y saca de su bolsillo las alas de las insignias que le habían arrancado del uniforme. Los franceses enseguida entienden que se trata de un fugitivo.

En la nueva granja un niño le da pan, queso y huevos, y un gorro, del que no se separará durante toda su escapada. Al salir de la granja la lluvia ha cesado.

Visita una nueva granja donde le ofrecen más comida y donde puede afeitarse. Todo un placer para un hombre que lleva 3 días huyendo.

El château de Touffreville-la-Corbeline. El primer gran encuentro

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Chalky visitó a los Duhamel después de la liberación de Francia

Por la tarde, caminando entre campos, divisa a lo lejos una mansión señorial y decide acercarse a pedir ayuda. En Francia suelen denominar château a una casa con gran porte y tierras alrededor.

Es recibido por el matrimonio propietario, Madame et Monsieur Duhamel. Para sorpresa de Chalky, el matrimonio Duhamel habla perfectamente inglés. “Por fin, alguien habla mi idioma”.

Los Duhamel son muy hospitalarios, literalmente le dicen “ésta es tu casa”. Le avisan de que la mitad del château está ocupado por los alemanes y que, por tanto, tendrá que pasar la noche en una pequeña casa ubicada en las proximidades. En ella viven el señor Godefroi y su familia, empleado del château.

Chalky cena junto a los Godefroi y sus dos hijos, toma un baño y pasa la noche en su propia habitación. Todo un lujo.

Los esfuerzos de los Duhamel por encontrarle un par de botas son infructuosos. Calza un 11, un pie demasiado grande para los franceses. Chalky deberá seguir con sus botines de aviador durante mucho tiempo.

Los Duhamel piden, suplican, a Chalky que se quede algunas noches más, hasta que consigan contactar con una red de evasión que le ayude a escapar de Francia. Chalky se niega, tiene prisa por seguir.

Adiós al château. Quinto día de escapada

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Un château en Touffreville-la-Corbeline

Por la mañana, los Duhamel le aconsejan a Chalky que se dirija hacia el norte, hacia Yvetot, ya que hacía el sur hay muchos alemanes. En Yvetot podrá coger un tren que lo llevará a París.

Antes de marchar, Madame Duhamel le vuelve a suplicar a Chalky que se quede una noche más, pero todo es inútil. Chalky observa como una lágrima recorre la mejilla de la señora.

Antes de partir, los Duhamel le dan un carnet de identidad falso a nombre de L. Blanc. El carnet está sin sellar, lo que causará muchos problemas a Chalky en su huida. También le dan dinero, cupones de racionamiento para pan y comida.

Un guía amigo del matrimonio lo acompaña a través de campos hasta la carretera que lleva a Yvetot.

Yvetot

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Yvetot durante la 2.a guerra mundial

Una vez en la carretera, un chico francés en bici avisa a Chalky de que dos camiones alemanes están esperándole a la vuelta de la siguiente curva. Parece que algún colaborador ha sospechado de Chalky y ha avisado a los alemanes.

Mientras Chalky sale de la carretera para esconderse, el chico vuelve a toda prisa a su granja. Regresa con comida, cigarros, cerillas, un diccionario inglés-francés y los horarios de tren de Yvetot.

Allí mismo le dibuja un mapa y le avisa de que un carnet de identidad sin sellar no sirve de mucho. Chalky queda sorprendido de la madurez e inteligencia del chico. Sobre las 10:30 el chico se despide. El tren hacia París sale a las 15:30.

Chalky llega a la estación a las 15:20.  Compra el billete. Para su sorpresa el tren ya se ha ido. El próximo tren sale a las 10:30 del día siguiente.

¿Por qué el tren partió antes de la hora prevista? La razón es que los alemanes han adaptado el horario de los trenes franceses al horario alemán, por lo que los horarios “oficiales” ya no son válidos. Un gendarme se lo explicará a Chalky en París.

En tren hasta París

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Chalky pasa la noche en la estación de Yvetot.

Una vez en el tren que lo lleva a París, ¡sorpresa! En una estación suben el revisor y miembros de la Gestapo. Chalky abandona rápidamente su vagón y se dirige hacia la plataforma que hay entre vagones. Objetivo: esconderse en el lavabo.

La plataforma está atestada de franceses. Chalky se abre paso como puede, les enseña las alas de sus insignias y repite incesantemente “Gestapo”.

Los franceses han entendido que Chalky es anglo-sajón, que es un fugitivo y que necesita ayuda. Chalky consigue alcanzar el lavabo y encerrarse dentro.

Cuando el revisor y la Gestapo entran en la plataforma, los franceses empiezan a discutir entre ellos y a gritar. Se forma una bronca monumental. El revisor y la Gestapo evitan el tumulto, y se introducen en el siguiente vagón sin reparar en el lavabo. Chapeau por los franceses.

Dos horas más tarde, el tren entra en la estación St. Lazare de París.

París I

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París

Como curiosidad os diré que los ingleses llaman despectivamente a los alemanes Huns, y los franceses hacen lo propio con les Boches.

Chalky se da cuenta que en París hace mucho más calor que en Normandía. El centro de la ciudad está lleno de soldados alemanes.

Coge el metro para alcanzar los suburbios. Decepcionante: las calles están vacías, no hay nadie. Todo el mundo permanece en sus casas, cerradas a cal y canto.

Toma un autobús sin saber a dónde va. Acaba de nuevo en el centro de la ciudad, donde vuelve a coger el metro. Chalky recuerda algunas estaciones: Rambuteau, Goncourt, Pyrénées, Jourdain y Places de Fêtes, donde baja porque el metro está casi vacío.

Entra a comer en un café de Les Lilas, un centro comercial en esa parte de París. Se sienta en una mesa ocupada por dos franceses, que lo ignoran, con el objetivo de despistar a la Gestapo en caso de que entren en el local.

Chalky, como es habitual, les enseña sus insignias. Los dos hombres avisan a la propietaria del café, que le indica a Chalky  “espera que ahora vuelvo”. La mujer, mayor, abandona el café.

En ese momento Chalky no sabe si salir corriendo o quedarse. La propietaria podría llegar con los alemanes. Decide esperar.

Al cabo de 5 minutos la propietaria regresa con un gendarme francés. De nuevo Chalky duda. El gendarme pide a Chalky que le siga. Ambos abandonan el café por la puerta de atrás.

Esos días, la recompensa en Francia por entregar a un aliado era de 10.000 francos.

El gendarme conduce a Chalky hasta su casa, donde le presenta a su mujer y a sus dos hijos. Chalky se harta de comer y, a continuación, recibe un horario de trenes válido, ajustado al horario que los alemanes utilizan.

Posteriormente, la mujer del gendarme conduce a Chalky hasta un hotel a las afueras de París. La propietaria le enseña la habitación donde pasará la noche, ubicada en el rincón de más difícil acceso del edificio.

París II

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París

A la mañana siguiente, la propietaria despierta a Chalky y le pide que se vaya después del desayuno.

Cuando llega al comedor, es rodeado por todos los clientes del hotel, mujeres bellas y atractivas. Mientras desayuna todas le hacen preguntas.

Al cabo de un rato Chalky se da cuenta de que se trata de un burdel. Antes de partir, la propietaria le da la siguiente información:

  • Qué tren coger y dónde (estación de Austerlitz).
  • Entre la Francia ocupada y la Francia libre hay una frontera vigilada por los alemanes. Lo cierto es que dicha frontera ya no existía: los alemanes ocuparon la Francia libre en noviembre de 1942.
  • El mejor sitio para cruzarla es cerca de Bourges (departamento de Cher), donde debe abandonar el tren. La frontera debe cruzarse a pie.
  • Una vez en el otro lado, hay que alejarse lo máximo posible y coger otro tren, por ejemplo, en Issoudun (departamento de Indre).

Austerlitz – Au revoir París

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Estación de Austerlitz

Cuando Chalky llega a esta estación de tren, un empleado de los ferrocarriles le pide que se identifique. El empleado le deja pasar a pesar de que la carte d’identité no está sellada. Chalky consigue entrar en la estación.

Después, compra el billete sin pronunciar una palabra, pero la mujer de la taquilla se despide con Good luck Anglais.

Antes de subir al tren, se topa con un control. Esta vez, un hombre vestido de civil va pidiendo el carnet de identidad. Cuando Chalky está frente a él le dice “Anglais”. El hombre le deja pasar sin pronunciar palabra.

Chalky se ha encontrado con dos franceses que seguramente han “desobedecido” a la Gestapo. Otro golpe de fortuna en su camino de la libertad.

Bourges

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Bourges

Durante el trayecto en tren, Chalky compra la prensa francesa aunque no entiende prácticamente nada. Tiene que aparentar que lee para intentar pasar desapercibido y que nadie intente entablar una conversación con él.

El revisor se acerca a su vagón. Piensa que con él vendrá la Gestapo. Como la última vez, se encierra en el lavabo. Esta vez el revisor va sólo, pero golpea la puerta sin cesar.

Finalmente Chalky sale del lavabo, le enseña el billete y el revisor le pide perdón por molestarlo.

Chalky baja del tren en Bourges, que en aquel momento contaba 60.000 habitantes. La frontera con la Francia libre está situada 8km al sur de Bourges, y sigue el curso del río Cher en su tramo Buourges – Tours.

Bourges está lleno de alemanes. Coge un tranvía que lo lleva a las afueras de la ciudad. Antes de bajarse, muchos soldados alemanes suben. Por suerte, ninguno se fija en él.

Marmagne I – Los adolescentes

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División entre la Francia libre y la ocupada durante la 2.a guerra mundial. Marmagne està a 9km al este de Sainte-Thorette

Chalky busca desesperadamente un sitio para pasar la noche antes de que empiece el toque de queda. Se dirige a pie hasta Marmagne, a 11km al oeste de Bourges, pequeño pueblo muy cercano a la frontera (ya inexistente) entre las dos Francias.

En el trayecto pide ayuda a grupos de franceses que encuentra a su paso, pero todos lo esquivan.

Ya en Marmagne, entabla conversación con tres adolescentes, dos chicos y una chica. Los 4 se dirigen a la casa donde la chica y uno de los chicos viven, ambos son hermanos. La madre les cierra la puerta a todos nada más ver con quién vienen. La chica insiste y, finalmente, la madre les permite pasar.

La madre tiene mucho miedo a ser descubierta por les Boches. La chica le dice a su madre “debe haber algún sitio donde este hombre pueda pasar la noche”. Finalmente, los jóvenes deciden llevar a Chalky a una granja fuera del pueblo. La «frontera» está a menos de 1km de la granja.

Chalky pasará la noche entre la paja del establo. Antes de volver al pueblo, uno de los chicos le dice a Chalky  “Si viene alguien y golpea la puerta, es amigo. Vendrá a traer comida. Si no golpea la puerta, debes permanecer escondido”.

Media hora después los chicos vuelven con comida y vino.

Marmagne II – El empresario

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Marmagne hoy en día

Al día siguiente, por la mañana, el ruido de la puerta del establo le despierta. Nadie ha picado, por lo que decide esperar escondido. Ve que entra un hombre con traje y corbata.  ¿La Gestapo? No, piensa él, llevaría un traje más límpio y mejor planchado.

Este hombre resulta ser el propietario de la granja y habla inglés. Invita a Chalky a su casa, donde le da de comer y le permite tomar un baño. El hombre trajeado tiene negocios en Paris, donde acostumbra a vivir. La granja la explotan sus empleados. Desde que empezó la guerra, pasa más tiempo en Marmagne que en París.

Después de la comida y el baño, el nuevo anfitrión le enseña un mapa y le aconseja que coja un tren a Toulouse en Reuilly, ya en la zona libre. Lo mismo le dijeron en París. Alcanzado Toulouse, deberá coger otro tren hasta Carcassone.

Entre Marmagne y Reuilly hay unos 20km a pie. El hombre compra para Chalky el billete a Toulouse y le da una chaqueta nueva, porque se nota que la que lleva es militar. No obstante, no consigue encontrar unas botas de su talla ni un sello para su carte d’identité.

Este hombre de negocios odia a los alemanes por todo el mal que han hecho a Francia. Le pregunta a Chalky cuantos aviones ha derribado hasta la fecha, a lo que Chalky responde “2”. Su nombre es Tissier, algo que Chalky descubrirá acabada la guerra.

Por seguridad, Chalky nunca da los nombres de las personas que le han ayudado y, a su vez, los que le ayudan tampoco facilitan su identidad, excepto el matrimonio del château.

Ambos vuelven al establo donde Chalky pasó la noche anterior. El hombre le pide que en su ausencia recoja coliflores en el huerto, para disimular en caso que vengan los alemanes.

Tres horas después el hombre regresa al establo. Esta vez viene acompañado por un guía. El guía y Chalky van en bicicleta hasta Reuilly, siempre a través de campos y caminos secundarios.

Reuilly – ¡Por fin, la «Francia libre»!

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Estación de Reuilly

Chalky respira con alivio cuando llega a Reuilly: no se ven alemanes por ninguna parte.

Llega a la estación 20 minutos antes de que salga el tren a Toulouse. Pero acaba esperando más de dos horas debido a un sabotaje en la vía férrea. Chalky comienza a odiar las estaciones de tren francesas.

Ya en el tren, se apea en Chateauroux para cambiar y coger el tren que lo llevará a Toulouse.

Su primera parada en el nuevo tren es Limoges, donde llega a las 3 de la madrugada. Todos los pasajeros bajan para estirar las piernas.

Durante la espera, el tren es dividido en dos: una parte se irá a Bordeaux y la otra a Toulouse. Chalky se queda dormido y pierde su tren a Toulouse. Tiene que esperar muchas horas hasta que llega el siguiente.

Camino de Toulouse

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Estación actual de Limoges

Durante el trayecto, 3 soldados alemanes suben al tren para identificar a  todos los pasajeros. Ante la imposibilidad de huir, Chalky se hace el dormido. Ronca y deja el billete, visible, entre los dedos de su mano, de forma que puede ser fácilmente extraído.

Cuando el revisor y los soldados entran en su compartimento, le tocan varias veces en el hombro, mientras le piden la carte d’identité. Chalky se hace el dormido.

Un alemán le dice a los demás “ya lo identificarán en Toulouse”.

Le cogen el ticket, lo revisan, se lo meten en el bolsillo de su chaqueta y se van. De nuevo, la estrategia de Chalky ha funcionado.

Toulouse, capital de Occitania

un largo camino hacia la libertad. Toulouse
Mercado en la place du Capitole de Toulouse

Llega al atardecer. Afortunadamente, no hay controles alemanes.

En las afueras de la ciudad empieza a visitar casas pidiendo ayuda. En una de ellas le dan de comer. En otra, un francés le informa de una granja donde podrá pasar la noche. Está a tan sólo 2km.

Una vez en la granja, Chalky se da cuenta de que el propietario está muy nervioso ante esa visita inesperada. Conduce a Chalky a un granero, donde un montón de paja le servirá de colchón. El granjero le pide que se vaya al amanecer.

En tren a Carcassone

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La Cité de Carcassone

Al día siguiente, Chalky vuelve a Toulouse y, a las 4 de la tarde, coge un tren a Carcassone. Hay alemanes en el tren, pero Chalky ya no se inquieta. Su nueva vestimenta de civil le da seguridad, nadie diría que es un militar aliado en fuga. Sin embargo, su cara lo delata como no francés.

Chalky no tiene ganas de tomar un tranvía desde el centro de Carcassone hacia las afueras, por lo que decide bajar antes de llegar a Carcassone, en Pezens.

Acertada decisión, como veremos más adelante.

Carcassone había sido convertida en un bunker lleno de alemanes. Sus murallas y ubicación invitan a ello. La Wehrmacht  ha expulsado a todos los habitantes de la ciudad amurallada, la Cité de Carcassone.

Pezens

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Viñedos en Pezens

Pezens, a 9km de Carcassone, pertenece también al département de l’Aude.

Después de abandonar el tren, Chalky sale del pueblo y comienza a caminar entre viñedos. Llega a una gran casa donde hay trabajadores descansando. Supone que están en plena vendimia. Chalky les enseña sus insignias.

Uno de los trabajadores le pide a Chalky que espere y se va.

Después de una interminable media hora de silencio, vuelve con otra persona en un Citroën.

El recién llegado es contrabandista y passeur, un francés dedicado a pasar aliados y judíos al otro lado de la frontera a través de los Pirineos. Chalky pasará muchos días con él. Me referiré a él como “el guía”.

El guía se lleva a Chalky en su Citroën. Los trabajadores sonríen por primera vez cuando se despiden de Chalky. Hasta ese momento todos permanecieron en silencio.

Primer interrogatorio

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Chalky, segundo por la izquierda, acompañado de otros pilotos neozelandeses. C on permiso de la RNZAF

Llegan a una granja rodeada de campos. En la cocina hay hombres bebiendo vino.

En ese momento el guía, que muestra su arma sin reparos, empieza a interrogarle. En aquella época los passeurs necesitaban asegurarse de que la persona que iban a ayudar, y por la que arriesgarían su vida, no era un infiltrado a sueldo de los alemanes.

Las preguntas son múltiples: dónde fuiste derribado, en qué unidad estabas, etc. etc. La respuesta que asegura al guía de que Chalky es realmente quien dice ser, es la que hace referencia a su peso.

Chalky contesta utilizando stones. Un alemán habría respondido siempre usando libras, que es la unidad inglesa.

Chalky le pide al guía comida, unas botas, y le dice que quiere llegar a Catalunya. El guía le informa por primera vez que él y sus compañeros forman parte de una red de evasión clandestina.

La red le puede ayudar, pero Chalky tendrá que esperar una semana, durante la cual permanecerá escondido en otra granja, situada en Arfons, en el département de Tarn, limítrofe con l’Aude.

Cuando anochece, Chalky y el guía llegan en coche a la nueva granja.

La granja de Arfons

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Granja actual en Arfons

La familia propietaria habla inglés, y acogen a Chalky como uno más. En la granja también se esconden dos niñas judías.

Una de ellas, Hanni, explica a Chalky que sus padres y abuelos han desaparecido, y le pide que, de vuelta a Inglaterra, vaya a visitar a una amiga y le diga que está a salvo en Francia.

Chalky memoriza cada día, como un ejercicio de entrenamiento, el nombre de la amiga y su dirección. Llevar un papel con esos datos sería muy arriesgado.

El día a día en la granja consiste también en moler maíz y ordeñar vacas. Sus ratos libres los dedica a curarse los pies.

Adiós a la calma – El control de Formiguères

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Lagos de Camporells. Precioso lugar en el Capcir, muy cerca de Formiguères

Un día el guía llega a la granja para llevarse a Chalky. Ambos vuelven a la granja del interrogatorio. Allí le dan un arma, un MAS-35 automático y un paquete rectangular. Chalky pregunta qué tiene el paquete, pero nadie responde.

El guía y Chalky empiezan un largo recorrido en coche. Pasan por Arzens, Cepte, Limoux, Quillan (ya en los Pirineos) y Formiguères.

En una parada, el guía le explica a Chalky que los alemanes han creado una “zona prohibida” junto a los Pirineos. El objetivo es impedir que fugitivos como Chalky lo crucen. Nadie puede entrar en la “zona prohibida” sin un permiso especial. El guía dispone de dicho permiso, pero el carnet de identidad de Chalky sigue sin sellar.

10km al sur de Formiguères, en la carretera que lleva a Mont-Louis, hay un control alemán en uno de los accesos a la “zona prohibida”. El guía conoce a uno de los guardias alemanes. Si ese guardia está en el control, no habrá problema. Si no está, habrá que utilizar el arma para pasar el control. Le pide a Chalky que cargue y prepare su MAS-35.

El guardia alemán del control no conoce al guía. ¡Horror! El guía baja del coche. Chalky ve como el guardia y el guía empiezan a discutir en francés. Chalky no entiende palabra pero se da cuenta de que el ambiente se va caldeando, hasta el punto que Chalky tiene que disparar 3 veces contra el alemán, que cae muerto.

Mont-Louis,  le Conflent

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Mont-Louis

Chalky y el guía huyen a toda prisa del control. El resto de guardias alemanes salen del edificio anexo y disparan sin éxito sobre el Fiat.

Chalky se siente aturdido. Nunca había disparado a un hombre a tan corta distancia. El guía le recrimina que haya tardado tanto en disparar.

Salen de la carretera, cogen una pista y dejan el coche escondido en una zona boscosa. Caminan siempre por la montaña hasta tener Mont-Louis a la vista. Chalky calza las espadrilles [4] que le fabricaron en la granja de Arfons.

Esperan escondidos dos horas hasta que anochece. Quieren cruzar el río Têt, que rodea Mont-Louis por el norte. Pero en el puente hay un centinela alemán. Acaban cruzando el río  por otro sitio, con el agua helada hasta las rodillas.

En ese momento, sólo una carretera y la vía del tren les separan de las montañas situadas antes de la frontera. Consiguen cruzar la carretera, pero la vía del tren está llena de alemanes que les están buscando.

El campo de patatas

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Chalky, segundo por la izquierda, con sus compañeros de escuadrón. Con permiso de la RNZAF

Cuando el guía y Chalky intentan superar el terraplén de piedras que los separa de la vía, el ruido de las mismas al caer avisa a los alemanes.

Éstos abren fuego contra ellos con sus Schmeissers. El guía responde con su arma. En medio del tiroteo, la obscuridad les protege. Al poco rato también llegan disparos desde la carretera que dejaron atrás. Chalky se da cuenta de que están atrapados entre dos fuegos.

Corriendo a través de campos de patatas intentan salir de la encerrona. Chalky para debido al fuerte dolor en sus pies. En ese momento pierde de vista al guía. Después de unos momentos de pánico, el guía coge a Chalky por el brazo y le pide que le siga.

El guía le pide el misterioso paquete triangular. Hay luna llena, demasiada luz. No se moverán hasta que las nubes tapen la luna. Al cabo de unos eternos minutos una nube se interpone entre ellos y la luna.

El tiempo de obscuridad es aprovechado para despistar a los alemanes y cruzar la vía del tren.

Los Pirineos – El pastor y su cabaña

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Ascienden fortísimas pendientes durante horas, mientras los alemanes los siguen buscando cerca de la vía del tren. Toda una tortura para Chalky, que sigue calzando espadrilles. [4]

En medio de la noche paran sólo una vez, para comer y dormir. Falta muy poco para el amanecer, y el guía quiere estar lo más cerca posible de la frontera cuando se haga de día.

Cada uno duerme sólo una hora, por turnos. El guía le devuelve el misterioso paquete a Chalky.

De nuevo en marcha oyen un perro que ladra incesantemente. Al aproximarse ven que es enorme y que está atado a una cabaña de piedra. La puerta se abre y sale el dueño, corpulento y alto. El hombre pregunta a gritos quién anda por ahí.

Finalmente, el guía se descubre y se presenta. Le dice que van hacia España.

El hombre de la cabaña es un pastor. Les invita a pasar y les presenta a su mujer. Como ya casi ha amanecido, les sugiere que se queden durante el día en la cabaña, y que sigan su camino al anochecer. Mientras tanto, él y su rebaño se moverán por la zona. Si ve patrullas de alemanes, utilizará su trompeta para avisar a su mujer  y entonces el guía y Chalky deberán salir corriendo. Ese es el plan.

Desayunan en la cabaña con vino.

Los Pirineos – Primer cruce de la frontera

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Antes de que el pastor se vaya, Chalky le pregunta dónde están las ovejas, porque no hay ninguna a la vista. El pastor hace sonar su trompeta y empiezan a salir, a lo lejos, por todas partes.

Chalky y el guía duermen en la cabaña una hora y después vuelven a comer.

Un rato después de la marcha del pastor, se oye su trompeta, y su mujer les dice “Iros, vienen los alemanes”.

A partir de ahora el terreno es más abrupto, rocoso, complicado, lleno de tarteras. Los pies de Chalky empiezan a sangrar. El guía le indica a Chalky, a lo lejos, la línea de la frontera, situada en el punto más alto de las montañas hacia las que se dirigen. Para sorpresa de Chalky, hay grupos de alemanes patrullando cerca de la frontera.

Llega la noche. Chalky no había estado en su vida tan cansado. Sólo su anhelo por escapar le motiva a seguir caminando.

A media noche cruzan la frontera. El guía le dice que unas luces que se ven al fondo pertenecen a Andorra. Descienden por el lado catalán durante unos 90m. El terreno es complicado y la noche muy cerrada, por lo que el guía decide que hay que hacer una pausa.

La gran decepción

El camino de la libertad | Viajes en Francia

La pendiente es tan pronunciada que tienen que dormir recostados en un árbol.

Al amanecer siguen descendiendo hasta que encuentran a unos pagesos. El guía entabla conversación con ellos en español. Éstos le informan que Setcases está 30km en línea recta hacia el este.

En Setcases un “contacto” está esperando al guía para recoger el misterioso paquete triangular.

El guía explica a Chalky que han cruzado la frontera demasiado al oeste, y que ahora deben dirigirse hacia el este. Seguir caminando por el lado sur de los Pirineos representará tres o más días de marcha. Lo mejor es regresar a Francia y caminar por el lado norte, siempre cerca de la frontera. A la altura de Setcases volverán a cruzar la frontera. Esta opción comportará “sólo” dos días más de marcha. [5]

Segundo y definitivo cruce de la frontera

un largo camino hacia la libertad
La frontera

Después de volver por el mismo camino, una vez en el lado francés, caminan hacia el este durante todo el día, siempre cerca de la línea divisoria de países. Pasan la noche al raso.

Al día siguiente, Chalky se da cuenta de que hace 3 semanas que derribaron su avión. Por tanto, hoy es 13 de septiembre de 1943.  En estos últimos dos días, el guía prácticamente no ha hablado. Está bastante decaído.

El segundo día de camino resulta ser más fácil. La parte alta de las montañas es más suave y redondeada. Hay menos rocas y más prados.

Finalmente cruzan la frontera junto al coll d’Ares, por donde pasa una carretera que une Catalunya y el Vallespir. En el coll hay un puesto de control que consiguen evitar saliendo de la carretera.

Al cabo de varias horas, llegan a Setcases. [6]

Setcases – Adiós al guía

El camino de la libertad | Viajes en Francia
Setcases

Atraviesan el pueblo. Tan sólo algunos ancianos se fijan en ellos. Ya fuera de Setcases llegan a una masía rodeada de olivos. Por la manera en que el guía y los dueños se comunican, Chalky deduce que hay una amistad profunda entre ellos.

El error en la ruta ha provocado un retraso de dos días, y el “contacto” del guía se ha ido antes de su llegada.

Al guía no le queda otra alternativa que salir corriendo para intentar alcanzar a su “contacto” antes de que llegue a Barcelona.

Para conseguirlo, el cura de Setcases le deja su bicicleta. Chalky quiere irse con el guía, pero éste le dice que sin bici es imposible, no podría mantener su ritmo. El guía promete a Chalky que irá al consulado británico en Barcelona y les pedirá que vengan a buscarle a Setcases.

Chalky devuelve el misterioso paquete al guía. Se despiden antes del anochecer. Nunca más volverán a verse.

Setcases – Una espera agónica

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Atardecer en Setcases

Después de la marcha del guía, Chalky vuelve a sentirse muy sólo. El matrimonio de la masía no habla inglés. Son muy hospitalarios, pero la comunicación es difícil. Le ofrecen una buena cena.

Al día siguiente, se aburre todo el día, esperando que llegue el coche del consulado. Al anochecer está convencido que vendrán a buscarlo mañana.

Al siguiente día, sobre las 15:45 Chalky ve como un coche y un camión militares se aproximan a la granja. Intenta huir, pero la mujer de la masía le dice que no se asuste, que van a Setcases directamente.

Chalky “entiende” que se trata de milicianos que vienen a buscar refugiados apresados por la Guardia Civil de Setcases. “¿Quizás los refugiados son judíos procedentes de Francia?”, piensa Chalky.

Llega la noche, y el esperado coche del consulado no aparece. Decide irse al día siguiente.

La vall del río Ter

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Sant Joan de les Abadesses y su puente medieval sobre el Ter

Después de desayunar, se despide del matrimonio y empieza a caminar sobre la carretera que une Camprodón con Setcases. [7]

En 1943, esta carretera era de tierra. En la posguerra reciente, las carreteras no asfaltadas del Pirineo eran transitadas tan sólo por los pagesos de los pueblos cercanos. Estaban, por tanto, prácticamente vacías.

El sentirse fuera de Francia es un aliciente para Chalky: alterna el correr con el andar, a pesar de seguir calzando espadrilles. [4]

Al cabo de un rato, un niño con un carro le adelanta. Chalky le pide si le puede llevar, pero el niño rehusa.

Después, empieza a llover. Llueve durante horas, torrencialmente. Chalky se refugia bajo un árbol.

Cuando la lluvia ha parado reemprende su marcha. Al anochecer llega a Sant Joan de les Abadesses. [7] Decide dormir al raso junto al río, sin entrar en el pueblo.

Ripoll

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Monasterio de Sta. Maria de Ripoll

Al día siguiente, vuelve a la carretera 1km después de Sant Joan. Al mediodía, llega a Ripoll, pero no entra.

Pasa un rato junto al río Ter remojándose los pies. Después del “baño”, un hombre se le acerca y le da un paquete de cigarrillos. El hombre pide a una persona con carro que recoja a Chalky.

Chalky atraviesa Ripoll dentro del carro, sin levantar sospechas.

Al otro lado de Ripoll la carretera está asfaltada. Hace auto-stop durante un rato. Un camión lo recoge. Ya es tarde avanzada. En el camión hay 3 hombres que no hablan inglés pero se hacen entender. Chalky recuerda que repetían incesantemente “Franco es puerco”.

El matrimonio suizo

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Masia catalana

El camión sale de la carretera principal, y después de circular un rato por carreteras secundarias, llega a una masía impresionante. Se trata de la masía del jefe de los camioneros. Un hombre suizo, con un inglés perfecto e importantes negocios en España.

Chalky no sabe dónde está. En algún punto de la geografía catalana entre Ripoll y Barcelona.

Dentro de la masía el suizo le presenta a su mujer, y le invita a una cerveza y whisky. Chalky se toma un baño de una hora, y después pasa doras duermiendo.

Mientras tanto, le han lavado la ropa. Cena con la pareja, que son amigos del vicecónsul británico en Barcelona.

Esa misma noche, el suizo va en coche hasta Barcelona.

Barcelona – El consulado británico. El largo camino hacia la libertad toca a su fin

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La Sagrada Familia. Barcelona

Al día siguiente, el hombre de negocios regresa a la masía acompañado de un coche del consulado británico.

Para Chalky, el trayecto en coche hasta Barcelona es como un sueño. Dentro de un coche diplomático, todo el mundo le saluda, le sonríe. Ya no tiene nada que temer. Ahora sí, ahora está salvado.

Pero la llegada al consulado británico de Barcelona va a representar otra gran decepción para Chalky. La recepción es fría, insípida. Lo encierran en una habitación pequeña, que tiene una cama y una ventana con rejas. La puerta está cerrada con llave.

Después de una hora de espera, lo interrogan. Chalky explica una y otra vez a qué unidad pertenece, cómo fue derribado su avión, etc. etc. Las preguntas trampa no funcionan con él.

Al final del interrogatorio reconocen que el guía francés les informo de su presencia en Setcases, pero no enviaron un coche porque tienen por norma desconfiar de desconocidos.

La persona del consulado que lo ha interrogado considera que es imposible cruzar Francia sin ayuda, y sin hablar francés, alemán o español. Sospecha que Chalky puede ser un espía alemán. Lo dejan encerrado en la habitación.

Chalky se desespera. Después de pasar todo tipo de calamidades durante su largo camino hacia la libertad, ahora se encuentra encerrado en una habitación, donde permanecerá una semana. Finalmente, el consulado contacta con la RAF en Inglaterra y es “liberado”.

La embajada británica en Madrid

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Madrid

Chalky llega en coche diplomático a la embajada británica en Madrid. Todavía calza espadrilles. [4] Ese mismo día llegan también otros pilotos británicos que han huido de Francia como él, aunque con soporte continuado de las redes de evasión. [8]

Para todos los recién llegados la recepción es fría. Chalky se encuentra caras largas, de funcionarios aburridos, ajenos a los avatares de la guerra.

La comida es mala. Pide unos zapatos del 11, pero le dicen que no es posible. Con el dinero que le dio el suizo, un empleado de la embajada le compra unos zapatos, una camisa y objetos varios para el resto de pilotos.

En un ataque de ira, Chalky se presenta en el despacho del Group Captain sin cita previa. Le formula todas sus quejas (comida, zapatos,…), la bronca es monumental. Le amenaza con informar de su actitud cuando vuelva a Inglaterra.

Los 10 días que permanece en la embajada son soporíferos y aburridos, insoportable para un hombre de acción como Chalky.

Gibraltar – Suerte hasta el final

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Gibraltar

Sus compañeros y él llegan a Gibraltar en tren.

Un bombardero Liberator se dispone a despegar para devolverlos a Inglaterra. Sin embargo, son obligados a abandonar el avión antes del despegue  porque hay un grupo de VIPs que también quieren llegar a Inglaterra, y éstos tienen preferencia.

Chalky y sus compañeros permanecen en la pista de despegue con un amargo sentimiento de decepción, rabia e impotencia.

Un minuto después de despegar el avión se precipita sobre el mar. La caída hace pensar a Chalky que nadie ha podido sobrevivir. De nuevo, la fortuna ha estado de su lado.

La madre de Chalky

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El avión de Chalky después del aterrizaje forzoso. Fotografía aparecida en "Flugsport", una revista de aviación alemana

Mientras Chalky realiza su propio camino de la libertad, ¿quién le espera en Nueva Zelanda? Pués su madre, de la que todos nos habíamos olvidado.

El 25 de agosto de 1943 la madre de Chalky recibe la primera comunicación del ejército británico. Se trata de un telegrama que informa de la desaparición de su hijo en misión aérea, y de que recibirá una carta con más detalles.

Al cabo de unos días recibe la carta. En ella la animan a superar esos momentos trágicos y le prometen tenerla informarda de cualquier novedad, pero no mucho más.

Un mes después de su desaparición, el Air Department le envía una nueva carta. La relee cientos de veces, mientras mantiene la esperanza de volver a ver a su hijo algún día.

Cuando Chalky llega a Gibraltar, su madre es informada. Es el fin de una larga agonía. Se volverán a ver en Noviembre de 1945.

El regreso a England

un largo camino hacia la libertad
Chalky es felicitado por H.S. Tucker tras su regreso a Inglaterra. Con permiso de la RNZAF

Finalmente, Chalky regresa a Inglaterra en otro Liberator. Vuelve a ser interrogado, esta vez por MI6 (servicio secreto británico).

Participa en algunas misiones aéreas antes de ser informado de que no puede seguir combatiendo. La convención de Ginebra estipula que soldados que han estado en campos de prisioneros no pueden seguir luchando.

Los ingleses siempre han tenido fama de tomarse las normas al pie de la letra.

Chalky, desesperado, argumenta que nunca ha estado en un campo de prisioneros. Todo es inútil. No consigue que cambien de opinión.

Pasa el resto de la guerra enseñando a otros pilotos como escapar de un país ocupado por el enemigo.

Chalky regresó a casa en noviembre de 1945. Se casó con Lorna y tuvo 3 hijos. Consiguió crear una enorme granja (en el momento en que Errol Brathwaite escribió el libro Chalky tenía aproximadamente 67 años, 12.000 ovejas y 1.000 vacas).

Chalky murió en Te Puia Springs, Nueva Zelanda, el 23 de julio de 1988, con sólo 71 años. Según Errol, fue un hombre feliz, con un gran sentido del humor hasta el final de sus días.

Su mujer, Lorna, murió en septiembre del 2001. El hijo mayor de ambos, Leslie, murió en 2018 con 68 años.

Los otros dos hijos de Chalky y Lorna son Mare y James.

El camino de la libertad

Hemos diseñado un trekking que sigue el camino que Chalky realizó al cruzar los Pirineos. Podéis reservalo aquí.

Despedida

Espero que esta historia te haya hecho vibrar o te haya entretenido.

Me gustaría que hicieras algún comentario al final del artículo, o que lo compartas en alguna red social.

Por otro lado, si quieres ampliar información sobre algún punto en concreto, no dudes en contactar conmigo a través de este formulario. Estaré encantado de ayudarte.

Bibliografía

Para la elaboración de este artículo he consultado las siguientes fuentes:

– Pilot on the run. Libro escrito por Errol Brathwaite.

– Errol Martyn, con quien me he intercambiado algunos emails. Historiador neozelandés, escribió una obra de 3 volúmenes titulada For your tomorrow: a record of New Zealanders who have died while serving with the RNZAF and allied air services since 1915, toda una referencia en su género.

– The National Archives (www. gov.uk), donde he obtenido la información relativa a los escuadrones que intervinieron en el ataque del 22 de agosto de 1943.

– Wikipedia. El capítulo que habla del escuadrón 485 de la RNZAF.

– El sitio web aircrewremembered.com

[1] – Escuadrones que tomaron parte en la operación del 22-8-1943

Según las diferentes fuentes que he consultado fueron 4:

No. 485

El escuadrón de Chalky. Pertenecía a las fuerzas aéreas neozelandesas (RNZAF), aunque durante la guerra estuvo bajo el mando de la RAF.

Intervienen 13 Spitfire, aunque Errol en su libro da una cantidad menor.

Despegan a las 18:10 y regresan a la base entre las 19:10 y las 19:50.

No. 66

Formado por 8 Spitfire.

Despegan a las 17:55. Se unen al resto de las formaciones en pleno vuelo. Regresan a la base a las 19:50.

No. 341

Formado por 12 Spitfire

Despegan a las 18:10. Todos regresan a la base a las 19:50, excepto uno que lo hace a las 18:15 por problemas con el motor.

No. 165

Formado por 11 Spitfire

Despegan a las 17:50 y se unen al resto de las formaciones en pleno vuelo. Todos regresan a la base, entre las 18:05 y las 19:55, los dos primeros con problemas mecánicos.

[2] – Pérdidas sufridas en el combate aéreo

Aquí me he encontrado con números contradictorios. Según el parte de guerra del escuadrón 165, los aliados perdieron 8 Spitfire y un bombardero, y los alemanes 9 aviones, en el conjunto de la operación.

Según el libro de Errol, en el conjunto de la operación los aliados perdieron 6 Spitfire (4 pertenecientes al escuadrón de Chalky, el 485) y ningún bombardero. Los alemanes perdieron 2 aviones (uno de los pilotos saltó en paracaídas y el otro pereció al incendiarse su avión en pleno vuelo).

Para acabar, en un claro error, el parte de guerra del escuadrón 485 dice que perdió 3 de sus aviones, cuando fueron 4. El piloto M.G. Sutherland nunca regresó a la base.

Finalmente, el escuadrón 66 perdió dos Spitfires que nunca regresaron a la base.

[3] – Qué pilotos aliados fueron derribados

Escuadrón 485

– Chalky White, el protagonista de nuestra historia.

– M.G. Sutheland. Fue apresado por los alemanes después de saltar en paracaídas. En el hospital de Rouen le amputan una pierna. No obstante, escapa del hospital y es capturado de nuevo. Muere el 12 agosto 2001 con 87 años.

– John Donald Rae. Apresado por los alemanes, es recluido, como M.G. Sutherland, en el campo de prisioneros Stalag Luft Sagan. Escapa varias veces pero siempre es capturado. Muere el 19 diciembre 2008 con 88 años.

– Fraser Dudley Clark. Muere durante la operación al precipitarse su avión sobre Vatteville-la-Rue. Tenía 21 años. Llevaba 556 horas de vuelo y 68 misiones.

Escuadrón 66

– William Furniss-Roe. Consigue llegar a tierra y evitar su captura. Escapa de Francia a través de los Pirineos. Vuelve a Inglaterra y es derribado de nuevo en enero de 1944 y, por segunda vez, evade su captura. Muere el 5 de abril de 1990.

– Arthur Henry Hill. Australiano, muere durante la operación al caer su avión cerca de Bernay.

[4] Espadrilles

Espadrilles es el nombre en occitano de espardenyes en catalán, o alpargatas en español. El francés ha incorporado espadrilles a su diccionario.

[5] – Primer cruce de la frontera

Si los pagesos no se equivocaron al determinar la distáncia, Chalky y el guía debieron cruzar la frontera en un punto por encima del pueblo de Toses, en el Ripollès.

También cabe la posibilidad de que el guía «engordase» el número de km. para que Chalky aceptase caminar por el lado francés, mejor conocido por el guía.

[6] Coll d’Ares – Setcases

El libro de Errol Brathwaite dice que Chalky y el guía necesitaron 3 horas para alcanzar Setcases des del collado d’Ares. Imposible. Se necesitan al menos 5-6 horas.

Estas imprecisiones no deben extrañarnos, dado que Chalky relata a Errol los hechos 40 años después de haber sucedido.

Lo que está claro es que el guía se equivocó de pleno. Recorriendo la cresta de los Pirineos, a la altura de Setcases no descendieron. En su lugar, continuaron hacia el este hasta alcanzar el coll d’Ares. De esta forma perdieron un tiempo precioso, importantísimo para que el guía pudiese entregar el paquete triangular a la persona que lo estaba esperando en Setcases.

[7] – Setcases – Sant Joan de les Abadesses

Errol Brathwaite no menciona en su libro que Chalky pasa por Vilallonga de Ter, Llanars, Camprodon y Sant Pau de Seguries, antes de alcanzar Sant Joan de les Abadesses.

Seguramente Chalky lo olvidó en las entrevistas con Errol.

[8] – Redes de evasión en Francia durante la 2.a Guerra Mundial

Hay varias. La más estudiada ha sido Pat O’Leary, en la cuál destacó un español, Francisco Ponzán Vidal, asesinado por los nazis antes del fin de la guerra.

Otra redes fueron la belga Comète, que operaba principalmente en el Pirineo vasco;

la Wi-Wi, más especializada en pasar documentación militar que personas;

la Françoise, la Sabot, la Maurice y la Buckmaster.


Gracias por compartir este artículo

Fundador de Occitania Tours, guía de montaña y BTT, diplomado en Informática y MBA. Apasionado de la Edad Media y la 2ª Guerra Mundial. ¿Sabías que en Occitania, Francia, se esconden magníficos lugares cargados de historia, difíciles de descubrir para la mayoría de los amantes de la montaña y la bicicleta? Miguel crea viajes para que puedas conocerlos.

2 Comentarios
  • Dani Ferrer
    27 junio, 2020 at 8:11 pm

    He passat una bona estona descobrint les peripècies de Chalky, hi ha material per fer una bona película o una minisèrie!

    Ho compartiré amb els coneguts del meu entorn, tots els que estimem aquestes fantàstiques muntanyes del Pirineu.

    Felicitats Miguel! Bona feina!!!

    Dani

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